Regresar

 

Había una vez, estaba una niña que era muy tímida y le daba mucha pena platicar con otros. Siempre la veias en el parque pero nunca la veia jugar con otros. La niña tímida estaba sola.

La niña tímida lloraba de tristeza, no aguantaba estar sola.
- Por qué tengo que ser muy tímida? – decía la niña tímida.
Un día el ratón mágico ya no pudo aguantar las lágrimas de la niña y decidió hablar con la niña tímida.
El ratón le preguntó por qué la niña lloraba siempre y la niña le contestó tímidamente,
- Es que soy muy tímida y no tengo la valentía de ir con los niños y jugar con ellos. –

La niña tímida estaba triste.
Entonces al ratón mágico se le ocurrió la idea de regalarle la tinta mágica.
- Esta tinta es mágica – dijo el ratón – cualquier cosa que dibujes con esta tinta será real, pero cuidado que el objeto que dibujes solo durará un día- continuó el ratón mágico.
Al decir estas palabras, el ratón mágico desapareció dejando la tinta mágica con la niña tímida. La niña tímida estaba emocionada.

Con la tinta mágica, la niña tímida empezó a crear amigos fantásticos y cada día tenía diferente amigos. Un día tenía al elefante volador, otro día tenía al mapache saltarín, hasta dibujada paredes que hablaban. La niña tímida estaba contenta.

Pero un día la niña tímida se dio cuenta de que su tinta mágica había acabado. La niña tímida lloró y en ese momento el ratón mágico apareció.
-Que tienes?- le preguntó el ratón mágico.
- Se me acabó la tinta, ya no tendré amigos- contestó la niña tímida.
- No seas tonta- el ratón le dijo – tú ya no necesitas la tinta, con todos los amigos que creaste, tú ya sabes como hacer amigos, aprendiste ya la magia de la amistad – dijo el ratón.

            Al oir esto la niña dejó de llorar. La niña tímida estaba dispuesta a tener amigos nuevos.

Al día siguiente la niña tímida salió al parque. Cuando vio a los ninos la niña quiso regresar a casa, pero no lo hizo. Había decidido amigos e iba cumplir con su promesa. La niña tímida se acercó con los ninos y con su voz tímida pregunto
- Puedo jugar con ustedes?-
Los niños se vieron uno al otro y dijeron:

- Claro que sí! Eres bienvenida a nuestro club de amigos-

Desde entonces la niña siempre jugaba con sus amigos del club
La nina tímida estaba feliz. Ya no era la niña tímida de antes, ahora es la niña feliz.